Retales de un calcetín rayado

A y B hablan del libro X que A ya se ha leído y actualmente está leyendo B. A: …ya verás el final B: ¿Es decepcionante? A: No, para nada. B termina de leerse el libro y se lo devuelve a A, y comentan el final. B: Ya me lo he leído. ¡Acaba mal! Me dijiste que acababa bien. A: ¿Yo? Te dije que no era decepcionante, es un buen final. B: … Conversación real entre mi madre (B) y yo (A). No desvelaré X, si queréis suponerlo o averiguarlo, vosotros mismos. Los finales pueden acabar bien o mal, o simplemente no acabar. Puede decepcionarte acabando mal o bien, no tiene nada que ver una cosa con la otra. La decepción es subjetiva, personal. A una persona puede decepcionarle un final que a otra le ha parecido genial. Son opiniones, es cuestión de gustos. No todo el mundo opina igual. La originalidad, sorpresa o brutalidad de un final puede impactarte de tal forma que uno que acaba mal te guste. Si un escritor consigue eso, es que realmente es bueno, tanto él mismo como el final.

Escribir, plasmar palabras en un espacio en blanco, carácter tras carácter, con significado y sentido, a ese escribir me refiero. No el escribir obligatorio del cole. Una forma de transmitir nuestras ideas, pensamientos, deseos, que incluso para algunos resulta placentera. Poder sacar todo lo que habita en sus mentes y poder transferirlo de alguna forma, a los demás o para sí mismo, para que no se pierda en el olvido. Jugar con las palabras y la forma en que se enlazan, poder definir algo de muchas formas, con diferentes sentidos. Ficción, realidad o fantasía, todo sirve, no hay reglas. Dejar que el lápiz se deslice sobre la hoja, o los dedos sobre el teclado y escupir todo para saborearlo después. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero incluso esta expresión está formada por palabras, que solo pueden ser escritas o habladas, ya me entendéis; sin palabras nunca podría haber sido formulada, y entonces ese pensamiento nunca podría haber sido divulgado y sólo lo pensarían

Ayer por la noche, antes de ir a dormir, terminé de leer el libro que tantas ganas tenía de leer hace tiempo. Tanto que se había hablado de él, y tanta gente lo ha leído, que sentía mucha curiosidad por leerlo. Y me lo he zampado en 5 veces que me he puesto… aunque una de las veces fueron casi 2 horas y durante las cuales me leí más de la mitad; ya veis (por la entrada anterior) que hace muy poco terminé de leer el de Bogeries de Brooklyn . Título original: The Boy in Striped Pyjamas . (ni se os ocurra leer la trama si aún no lo habéis leído y tenéis intención de hacerlo) Autor: John Boyne Año: 2007 Núm. páginas: 217 Contraportada: Estimado lector, estimada lectora: Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque el libro que tienes en tus manos es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía l

Después de leerme El Principito durante una hora y media, una noche de insomnio antes de poder dormir, me puse con este libro, y hoy lo he terminado. Sobre El Principito no actualicé, se me pasó, pero solo tengo que decir que es como un cuento para adultos. Un niño lo podría leer, pero lo entendería de distinta forma que un adulto. Niños vs. Adultos, trata de algo así. Da bastante qué pensar, me gustó. Volviendo al libro que me acabo de leer. Lo he leído en catalán, por eso dejo el título en catalán… Se me hace raro llamarlo Locuras de Brooklyn . Título original: Brooklyn Follies . Autor: Paul Auster Año: 2005 Núm. páginas: 313 Brooklyn es uno de los cinco distritos que conforman la ciudad de Nueva York, la historia ocurre principalmente ahí. Os dejo la sinopsis de la contraportada del libro para que tengáis una idea del argumento. Nathan Glass tiene sesenta años. Un divorcio, un cáncer en estado avanzado, una larga carrera en una compañía de seguros en Maniatan y un extraño sentimi