1984, de George Orwell



Londres, año 1984: Winston Smith decide rebelarse ante un gobierno totalitario que controla cada uno de los movimientos de sus ciudadanos y castiga incluso a aquellos que delinquen con el pensamiento. Consciente de las terribles consecuencias que puede acarrear la disidencia, Winston se une a la ambigua Hermandad por mediación del líder O’Brien. Paulatinamente, sin embargo, nuestro protagonista va comprendiendo que ni la Hermandad ni O’Brien son lo que aparentan, y que la rebelión, al cabo, quizá sea un objetivo inalcanzable. Por su magnífico análisis del poder y de las relaciones y dependencias que crea en los individuos, 1984 es una de las novelas más inquietantes y atractivas de este siglo.

Un clásico que tenía pendiente desde que me leí Un mundo feliz (Aldous Huxley) durante mi adolescencia. Creo que, con lo que me ha costado leérmelo ahora, en aquel momento no hubiera sido capaz, o quizás, lo habría entendido de otra forma. El género político nunca me ha gustado, ni en la ficción ni en la realidad. Es un tema complicado que nunca llegaré a entender o, más bien, nunca llegaré a entender por qué siempre tiene que estar tan podrido, corrupto... ser un mundo tan injusto. Y saber que siempre va a ser así es tan... decepcionante.

1984 es un libro duro y difícil de leer, da miedo la situación que nos cuenta, miedo porque es un tipo de ficción muy real. Y es sorprendente. Tal y como está la actualidad política en España, quizás ha sido un buen momento para leerlo... el tema política está cada día en nuestros oídos, aunque no queramos o no nos interese. Es un libro escrito en el año 1949, y si te dijeran que el libro se titula 2048 y que ha sido escrito actualmente podrías creerlo sin dudarlo. Aunque no me haya gustado por la temática, por la forma en que está escrito, aunque pueda afirmar que no lo he disfrutado en su mayor parte... creo que es un libro must read, por su significado, por el año en el que fue escrito, porque es una historia sorprendente, por las distintas sensaciones que causa cuando lo lees. Sentimientos encontrados se llaman.

Y por cierto, que el programa telebasura Gran Hermano se llame así como guiño a esta obra me parece ridículo y patético, a parte del programa en sí. Pobre George Orwell...

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