Relats conjunts 04: Literatura de seducción





-Pase, señorita, tiene una hora para relajarse y disfrutar de su lectura. Antes de irse, podrá escoger los cinco ejemplares que más le guste y llevárselos a casa.- Nunca lo hubiera adivinado, Bella llevaba días intrigada por saber cuál era el misterioso premio. Había ganado el primer premio al mejor relato erótico entre cientos de participantes, pero el premio no había sido desvelado, tan solo hacía referencia a "una hora íntima de disfrute personal". Ahora lo entendía. Cerró la puerta tras de sí y se quedó unos segundos parada, perpleja ante aquella inmensa estantería llena de libros y esa bañera tan apetecible. La habitación era muy cálida, un hecho que la invitó en seguida a desnudarse, al principio un poco intranquila por la extraña sensación de sentirse observada, pero que en seguida se desvaneció. También sonaba una música suave e íntima, que animaba a la relajación absoluta. Metió sus finos dedos de la mano en el agua de la bañera para comprobar la temperatura, era la ideal. Se paseó por la habitación observando la estantería de un lado a otro un poco indecisa. Al final decidió escoger cinco libros al azar para llevarse después y un sexto libro que empezaría a leer dentro de esa bañera en la que estaba deseando introducir su cuerpo desnudo. Una vez escogidos los libros se dirigió al centro de la habitación y se metió en la bañera con cuidado. Notó una sensación increíblemente placentera cuando sumergió su cuerpo, se acomodó y abrió el libro escogido por la primera página sin mirar el título. Empezó a leer:
CAPITULO I
Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él. 

El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hennosas y endurecidas. Winston se dirigió hacia las escaleras. Era inútil intentar subir en el ascensor. No funcionaba con frecuencia y en esta época la corriente se cortaba durante las horas de día. Esto era parte de las restricciones con que se preparaba la Semana del Odio. Winston tenía que subir a un séptimo piso. Con sus treinta y nueve años y una úlcera de varices por encima del tobillo derecho, subió lentamente, descansando varias veces. En cada descansillo, frente a la puerta del ascensor, el cartelón del enorme rostro miraba desde el muro. Era uno de esos dibujos realizados de tal manera que los ojos le siguen a uno adondequiera que esté. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las palabras al pie...

Mierda, pensó. Ya lo había leído, era el libro 1984 de George Orwell. Fue un buen libro para ser escrito cuando fue escrito, pero la política era el tema que trataba y ya tenía suficiente sobrecarga de política con todo lo que estaba pasando en la actualidad. Continuar leyendo solo estropearía el momento. Lo dejó caer en el suelo y cerró los ojos. Estaba demasiado a gusto como para salir de la bañera e ir en busca de otra lectura. Pensó que antes de irse revisaría los títulos de los libros elegidos para comprobar al menos que no se los hubiera leído. Este tipo de despistes eran muy típicos de su personalidad. Se relajó y empezó a dar rienda suelta a su imaginación, mientras se acariciaba el cuerpo en ese agua cálida y espumosa relajadamente. Imaginó que todo aquello era un cuento, que una temible pero atractiva Bestia había maquinado todo aquello, y que en aquel preciso instante se encontraba tras la puerta, a punto de entrar para seducirla y hacer realidad sus más terribles fantasías.

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Hacía mucho tiempo que no me inspiraba ninguna de las imágenes propuestas por Relats Conjunts, pero la de este mes lo ha vuelto a hacer. Gracias por devolverme algo de inspiración, siempre es un placer escribir.



Comentarios

  1. Esto qué es? Me gustaría leerme un libro erótico que pudiera encontrar en la biblioteca para no tener q pagar ¿Recomendaciones?

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