Siddhartha, Hermann Hesse (1922)


Siddhartha significa aquel que alcanzó sus objetivos o todo deseo ha sido satisfecho.



Este libro fue Premio Nobel del Literatura en 1946. 

Incido en las fechas porque el mensaje que pretende transmitir este libro es exactamente el mismo que cualquier libro de autoayuda, búsqueda interior o autoconocimiento, que están tan de moda y que ocupan un gran espacio en las estanterías de las librerías más concurridas.

Ambientado en la India tradicional, relata la vida de Siddhartha, un hombre para quien el camino de la verdad pasa por la renuncia y la comprensión de la unidad que subyace en todo lo existente.

Cuando empecé a leerlo tenía una idea equivocada de este libro, pensé que trataba sobre la vida de Buda. Estas expectativas hicieron que sus primeros capítulos me dejaran un gusto amargo -¡ay, las expectativas!-. El estilo narrativo, las palabras usadas, también era muy distinto a lo que llevaba leyendo en años. Todo el mundo -inmerso en un autoconocimiento o búsqueda espiritual- me lo recomendaba y decían que era un gran libro. No entendía nada.

Hasta que un día, como su propio protagonista, encontré la verdad y el sentido de la historia. Y empecé a disfrutar mucho de todo lo que le ocurría al personaje, de sus idas y venidas, de sus equivocaciones y aprendizajes. Su experiencia hizo que la experiencia de leerlo y conocer sus vivencias fuera única; un aprendizaje sobre el entendimiento de cómo funcionamos. Cómo todos somos unidad.


Enlace: Wikipedia: Siddharta (novela)

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